Dicen que las encuestas de internet, esas en que no hay más que entrar y pinchar aunque no te deje más que hacerlo una vez, hay que cogérselas con pinzas. Seguramente es verdad aunque las otras, las supuestamente científicas, casi siempre fallan incluso más.

Particularmente y sobre todo para cuestiones de fútbol son muy útiles las primeras, las que reflejan la chispa, el momento. Se mueven en base a conclusiones que están a medias entre el impulso que manda el corazón y no más de cinco segundos de análisis, que apenas dan para leer la pregunta y con un poco de suerte todas las opciones de respuesta, pero por la misteriosa razón que sea no será la primera vez que estén endemoniadamente cerca de la realidad.

Conclusión

Afición espera equipo

Y resulta que hay una encuesta en la que casi la mitad de los aficionados del Valencia verían al equipo luchando por entrar en Europa, cuya horquilla abarca hasta el sexto puesto. El resto se reparte entre acabar cuarto o tercero y luego están los locos maravillosos que apuestan por ganar la Liga. No será científico, pero el resultado no puede ser mucho más fiel a lo que está pasando. Quieran o no hay una buena parte de la fe que había en este Valencia que se marchó con Salvo, Rufete y Ayala, se supone que este club vive ahora de realidades y lo que quiere el aficionado es verlas. No lo ha hecho con el mercado, los fichajes han estado por debajo de la ilusión despertada, pero queda el terreno de juego. No es desilusión lo que hay en la calle, no es eso lo que destilan Mestalla, las imágenes del día de la presentación y de las taquillas cuando la eliminatoria del Mónaco. Lo que hay es una afición esperando al equipo, expectante, con ganas de que le den razones para volver a creer que todo es posible. Porque todo es posible.