La noche sitúa al equipo y su entrenador exactamente donde están, pero aceptamos. Ellos que salgan a ganar, que se dejen la piel en el campo a falta de más argumentos, pero que ganen. Y que la gente se manifieste al final. Da un poquito de lástima ver al Valencia porque es evidente que está hecho para algo más que esto, pero ahora mismo la confianza sólo la va a recuperar a base de resultados, apoyo, exigencia y cordura en el trabajo. No va a ser fácil porque visto está que la línea que separa ahora mismo al equipo del éxito y el fracaso se ha estrechado peligrosamente, habrá que convivir con ello. Lo del Granada ya es historia, el equipo tuvo un clima además mejor de lo que se lo habían pintado. Un testarazo de Mustafi, insustituible en este equipo, un palo y un par de intervenciones de Jaume, que ya pone cuanto menos en duda quién va a ser titular cuando regrese el australiano, valieron tres puntos que ahora mismo son oro. A partir de ahora, Lyon, Lyon y Lyon. Es vital.