Cualquier resultado se puede levantar con doce puntos por delante, pero en el fondo decir que el partido no es definitivo no deja de ser una maniobra interesante para descargar de presión a los futbolistas, porque la afirmación solo se sostiene y con alfileres en los números. Un empate sería buenísimo, si no fuera por el pesado lastre de la derrota con el Zenit, y perder nunca puede entrar en los cálculos. Al contrario, como recalca de manera muy especial el portugués, todo lo que no sea salir a competir bien y ganar puede que no valga. En el fondo cada aficionado, cada jugador y cada miembro del cuerpo técnico saben lo importante que es ganar este partido para el proyecto del Valencia CF. Supone estar por fin a la altura de las expectativas y de la competición, que es lo que se espera de este equipo casi tres meses después de haber arrancado de nuevo. Entrar en esa dinámica ganadora y positiva que empieza por encadenar dos victorias para salir inmediatamente a por la tercera.

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