Atraviesa el Valencia por un momento delicado y la luz al final del túnel pasa fundamentalmente por que el entrenador sepa manejarse en el vestuario con una buena gestión y decisiones justas. En el fondo no se puede quejar porque los futbolistas están por la labor, como demostraron en Vigo, y también porque hay casos en que los propios jugadores le sirven las decisiones en bandeja de plata. Está por ver si será el caso de Negredo, la gran ´patata´ caliente, pero desde luego sí lo es en el de Jaume Domènech, que de verdad se ha ganado ser portero del Valencia CF por delante de Mathew Ryan. Ni siquiera ha dejado opción a Nuno para que se lo tenga que pensar. O eso parece lo lógico y lo que tendría que pasar. Nada tiene que ver con que uno sea de Almenara y el otro de Sidney, aunque siempre habrá quien se empeñe en reducir todos estos argumentos a una conclusión así de simple, sino con que uno ha disipado todas las dudas que pudiera haber en la portería por la ausencia de Alves y el otro no. Al menos no de una manera tan rotunda, con actuaciones estelares, sin apenas borrones, salvando goles, puntos y partidos, transmitiendo confianza y energía al grupo de una manera que el grupo necesita. Hasta en un partido que el Valencia gana por 1-5 la mano de Jaume resultó ser determinante, no digamos ya lo que se ha visto en otros.

CañizaresLa ley no escrita

Decía Santi Cañizares que el portero titular cuando pierde el puesto por una lesión tiene al menos el derecho a recuperarlo cuando vuelve, algo así como una ley no escrita de las muchas que hay en el fútbol. Ni con ese argumento se podría sostener un cambio ahora mismo en la portería del Valencia, si a alguien se le podría conceder ese derecho sería en todo caso a Diego Alves, aunque eso queda todavía un poco lejos.

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