La presidenta se marchó desde Barcelona con el 7-0 calentito y ha vuelto, veremos con qué instrucciones para el sábado en función de lo que pase en Mestalla. Hoy, amén por supuesto del asesor espiritual, seguramente es ella la única persona que conoce lo que tiene decidido el propietario para el caso de que la cosa no salga bien. Lo mejor para todos sería un lleno acompañado de la victoria frente al Espanyol, y que esa victoria sirva para que la afición vea correspondido su sacrificio y a partir de ahí a los futbolistas no les vuelvan a temblar las piernas en lo que queda de la Liga. Imaginar otro escenario se hace muy duro y más después de comprobar lo triste que puede llegar a ser nada menos que una semifinal de la Copa, ese partido que este equipo nos robó hace ocho días. Para Neville sí fue un partido más, por eso al final dijo lo de siempre, que teníamos que haber ganado. Esperemos no volver a escucharlo el sábado.

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