El Valencia no ha podido sacar mayor rendimiento a esa sufrida victoria ante el Espanyol y aleja el fantasma del descenso, aunque el mal rato que se pasó en Mestalla durante toda la segunda mitad invita a pensar que ahora lo último es relajarse y pensar que se ha conseguido algo. La clave para este final de temporada está en mantener este espíritu en la grada y en el campo, el de pelear y animar hasta el final, creer incluso cuando las cosas se ponen muy cuesta arriba viendo lo mal que juega el equipo. Pese a ganar, en orden y consistencia defensiva volvió a los tiempos del Getafe y el Rayo. Por medio está la Europa League, veremos cómo entra el Valencia en esta cuarta competición, pero el partido de Granada es otra final. No hay otra manera de verlo. De aquí al mes de junio se va a hablar de muchas cosas porque el Valencia tiene que reinventarse después de haber dado un paso en falso. Si el propietario ha tomado nota de los errores todo será mucho más fácil. Venga o no el ingeniero, apostar por Manuel Pellegrini es un avance, eso sí supone un cambio importante porque además de ser buen entrenador lo ha demostrado ya en diferentes equipos de máximo nivel. Sería poner fin a la etapa de los experimentos y demostrar que la ambición sigue intacta.

Neville, su misión es ganar partidos

El tema de Neville es otro, porque se supone que la temporada que viene no estará. Su misión es acabar la que estamos y eso será hasta una buena noticia, significará que el equipo ha ganado los partidos suficientes para que Lim no tenga que poner en riesgo otra amistad. Después de haber necesitado diez partidos para conseguir una victoria en la Liga y con el 7-0 de Barcelona a cuestas, queda claro que la intención del máximo accionista no es echarlo. Aunque lo de Pako Ayestarán, por el momento y la forma en que se anuncia, no deja de ser extraño.

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