El Valencia CF suele ser noticia sobre todo fuera de aquí por sus líos y miserias, por eso da miedo ponerse a pensar qué estaría pasando si al final las acciones y sobre todo las parcelas hubieran caído en manos de ese entramado corrupto que ahora investigan los jueces y la policía. Entonces, aunque no fue fácil, el buen nombre del club quedó al margen aunque fuera a cambio de pasar a ser propiedad de un señor de Singapur que también comete sus errores. Pero el valencianismo siempre se levanta y, de hecho, lo ha vuelto a hacer. ¿Y ahora qué? Pues no cabe otra actitud que mantener este espíritu en el campo y también fuera, porque el equipo ha ganado tres partidos, está más cerca de Europa que de verse envuelto en problemas de descenso, pero sigue muy por debajo de lo que tiene que ser, por el escudo y por la plantilla que tiene con sus muchas virtudes y algunas carencias. Lo dice San Diego Alves y es lo que tiene que ser, no importa lo que se ha conseguido porque en el fondo no es nada, solo interesa ganar el próximo partido. Y después el siguiente.

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