No está el Valencia para resistir al ritmo del Atlético de Madrid durante noventa minutos y los dos últimos partidos en Mestalla revelan que con sólo setenta no vale ni para empatar, al menos cuando enfrente tienes equipos con ideas claras, objetivos definidos y entrenadores que saben bien lo que hacen. El equipo, con alguna excepción y esos errores que por lo visto no hay manera de corregir trabajando, hizo lo que pudo. Paco y Cheryshev hicieron soñar a Mestalla con el milagro porque en definitiva había enfrente un rival que hoy por hoy es más equipo. El mismo al que hace unos meses el Valencia disputó el tercer puesto de Champions hasta la última jornada, el mismo al que Mestalla barrió con tres goles en 13 minutos en aquel partido memorable. Ellos, poco más o menos, son los mismos. Mismo entrenador, estilo de fútbol y proyecto de club. ¿Qué ha pasado? Que somos nosotros los que nos hemos desviado peligrosamente de la línea. Hemos cambiado argumentos sólidos por otros más especulativos y hoy estamos treinta puntos por debajo. A este nivel, todo lo que no es éxito es fracaso. Ahora el Athletic, un escalón por debajo del Atlético. ¿Será suficiente para darle caza en Europa?

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