La temporada del Valencia ha sido nefasta en todos los sentidos y hay que establecer un orden de prioridades para que esto no se vuelva a repetir en la siguiente. El primero, no hay duda, es ganar partidos y no poner en peligro la permanencia, eso sí sería la catársis. Después, el objetivo principal es recuperar al aficionado y eso solo se logrará a base de seriedad y planteamientos claros especialmente en lo deportivo. No estar en Europa supone un freno en la capacidad competitiva del equipo respecto a otros clubes que sí han hecho los deberes. Gracias al nuevo contrato de televisión la rebaja presupuestaria no será tan drástica, el problema es que clubes como Atlético, Villarreal, Sevilla o Athletic, sobre todo los que entren en Champions, van a crecer mucho más. Contra eso habrá que trabajar mucho y muy bien. Con alguna venta importante habrá dinero para fichar y hacer un buen equipo, nada que el Valencia no haya conseguido otras veces, y eso es básico para que la gente vuelva a Mestalla. De ahí que lo realmente importante sea quién va a planificar la plantilla y en manos de qué entrenador se pondrá. Otro paso en falso de Lim puede ser desastroso para la salud del Valencia. Y la suya.

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