El mismo Valencia sin alma, sin ganas, sin fútbol. Ni el despido de Neville ni Ayestaran ni un golpe de suerte en forma de gol a los dos minutos valen para que este Valencia reaccione. Seguir en primera división está en juego pero es como si la cosa no fuera con ellos, el equipo no estuvo a la altura ni fue superior al rival ni un solo minuto en todo el partido. Las palabras del nuevo entrenador, con todos los respetos porque hay que ponerse en su lugar, son de chiste. Lo hará para no desgastarse el primer día con los jugadores, porque él tiene que saber que así el Valencia no ganará ningún partido y se irá a segunda. Y eso no será para estar orgullosos. Orgullosos están hoy los aficionados de la UD Las Palmas, sus jugadores querían ganar y su equipo hizo cosas para conseguirlo. Iban como aviones a por todos los balones como si les fuera la vida en estos tres puntos, con criterio futbolístico, con hambre, con orgullo. Decía la presidenta Layhoon que la temporada aún no ha terminado. Eso quisiera ella, que se acabara ya esta pesadilla, ella y todos los aficionados que no lo ven nada claro. Con estos jugadores y estos arbitrajes el Valencia va a tener muy difícil salir de ahí abajo.

Se fue el inglés y hay nuevo entrenador con nuevo cuerpo técnico, pero ya vemos que nada cambia y no solo los resultados. ¿Cuántos entrenadores, asistentes y colaboradores más tienen que pasar por aquí para que Negredo juegue con Alcácer al menos diez minutos cuando el equipo está perdiendo? ¿Cuántos entrenadores más tienen que pasar por aquí para entender que Feghouli no tiene ya nada que hacer en el Valencia?

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