Queriendo o sin querer, Pako Ayestaran desvela con esa expresión «te lo voy a poner difícil» las escasas posibilidades que vio de quedarse como primer entrenador del Valencia CF cuando visitó en Singapur a Peter Lim, días antes de coger las riendas del equipo. Si ganar partidos se traduce en poner difícil la decisión, significa que los planes del director deportivo y del propietario van por otro camino aunque no esté nada cerrado. Si no, que los jugadores rindan, ganar partidos y sacar al equipo de la zona de peligro sería en todo caso ponérselo fácil a quienes han de decidir el futuro entrenador. Aunque el Valencia en la era Lim todavía no ha fichado un entrenador por haber ganado muchos partidos, lo hizo siempre en base a otros argumentos de naturaleza más mística.

Fácil o difícil, todo eso ocurrió hace apenas tres semanas en las que Pako ha conseguido algunas cosas importantes más allá de resultados. Todo se resume en que su mano se ha hecho de notar en el juego y en la dinámica del equipo, una de las cualidades que distingue a los buenos entrenadores de los que no lo son tanto. Ni siquiera eso es motivo suficiente ahora mismo para tomar la decisión, el Valencia no puede volver a equivocarse eligiendo entrenador para la próxima temporada por lo que se ha visto en dos semanas y tres partidos, lo mismo que no puede ser el primero que le susurren al oído al propietario. Tampoco lo descarta el hecho de ganar un partido tras otro sino al contrario, por eso Ayestaran no puede permitirse que los jugadores echen el freno una vez alcanzados los 40 puntos, por prestigio y por su legítima ambición de ganarse el puesto. Si ellos lo quieren, lo manifestarán ganando al Eibar y al Getafe.

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