Viendo a Claudio Ranieri ganar la Premier League con el Leicester -quinto presupuesto más bajo de toda la liga inglesa- es buen día para recordar que el dinero ayuda, pero no lo es todo. Luego hay que acertar con las decisiones trascendentes, rodearse de los mejores profesionales, construir un equipo con criterio, invertir lo mucho o lo poco que hay en lo que de verdad hace falta. El fútbol moderno cada vez admite menos el error y tanto el Levante como el Valencia se han equivocado más de lo razonable en un año crucial, ambos y salvando las distancias por haber jugado con fuego. Se quemaron y lo van a pagar caro, aunque esto no acaba aquí. El Levante se ha ido a segunda, seguramente ha hecho más méritos que otros aunque al final hasta le robaron la última esperanza con ese gol anulado. Por mucho que el levantinismo se había hecho la idea, es un día muy duro. Pero volverá, todo lo que ha generado estos años es demasiado grande pese a ser pequeño. Y el Valencia también volverá a estar arriba si su propietario es capaz de canalizar positivamente todos los recursos, como ya le han explicado estos días. ¿Ayestaran? Lo que está en juego es el futuro del Valencia CF, no el futuro de Pako Ayestaran.

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