Como Peter Lim no suele hablar en público, de él importan los gestos, sacar conclusiones de su manera de hacer las cosas. Resulta más que evidente que, si en lugar de Ayestaran fuera Gary Neville todavía el entrenador, el magnate no lo habría dejado al margen de todas las reuniones de trabajo en las que se han trazado las líneas de la futura plantilla. Tampoco parece casualidad porque a estos niveles eso no existe, por eso el entrenador es el primero que se hace a la idea. Tampoco se sorprenderá después de los dos partiditos con que sus jugadores le han regalado la vista al propietario. Ahora, si Lim tuviera que fichar a Pellegrini por lo que ha visto en los partidos con el Real Madrid, tampoco lo tendría del todo claro. Qué decepción, Manuel. Con la excepción de Otamendi, uno de los males principales en la nefasta tmporada del Valencia, el City una ruina. Ni fútbol, ni intensidad ni garra ni nada de nada.

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