Mestalla se vacía y esa es la peor noticia que deja la temporada muy por encima de tantas otras, porque hay por desgracia despropósitos para dar y tomar. Tras el rescate de Peter Lim esto iba viento en popa, como quedó demostrado la temporada anterior, pero es evidente que hemos dado un paso atrás y no hace falta volver a lo de siempre pues a estas alturas todos ustedes saben muy bien por qué. Empezamos, pues, de cero, o para ser realistas un poco más abajo de cero, como muestra la inagen de Mestalla el día de la despedida.

La primera piedra para levantar esto es nombrar un entrenador capaz de asumir un reto como este y ofrecer garantías a la afición desde el primer día. La mentalidad oriental recomienda meditar bien las cosas antes de tomar una decisión tan importante, aunque tiempo ha habido ya para tener claro lo que queremos, así que ya tardan en desvelar el misterio.

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