El fichaje gustará más o menos, a priori parece que es del agrado de una gran mayoría de aficionados, pero detrás de la llegada de Nani hay mucho más que un futbolista. Un jugador, de entrada, con un palmarés impresionante y unas prestaciones que ya estamos viendo en la Eurocopa, donde ha brillado más que el propio Cristiano Ronaldo. Experiencia y rendimiento inmediato, dos de las premisas principales que requerían los refuerzos de este verano y las prioridades que García Pitarch trasladó a Peter Lim en las largas reuniones en Valencia y Singapur.

Pero el fichaje del portugués significa sobre todo que el proyecto de hacer un equipo que vuelva a competir sigue vivo, que todavía hay capacidad de maniobra a pesar de que visitar China no está en los planes de futuro de Negredo ni de Enzo Pérez ni de Piatti, aunque no hay duda de que es un destino turístico interesantísimo por muchas razones.

Sinceramente, no sé qué plan tiene el Valencia para el caso de que todos estos jugadores solo quieran jugar la próxima temporada allí donde no los quieren, ya sea aquí, en Italia o en la Premier. Porque el rendimiento en el último año sobre todo no es acorde a sus altas expectativas. Si trazamos una circunferencia cuyo centro es Valencia y con un radio de dos mil kilómetros, no encontraremos ni un solo club que haya presentado por ellos una oferta seria, un solo club que ofrezca un precio razonable y asuma además la generosa ficha que les pagan aquí. Así que la cosa va para largo, lamentablemente, pero eso nada tiene que ver con la calidad de Nani, que es el nuevo futbolista del Valencia y desde hoy tiene la responsabilidad de ser uno de los referentes de este equipo. Suerte que el portugués tampoco quiere jugar en China, si así fuera el Valencia CF no habría podido ficharlo. Aún así, lo ha hecho también el la Eurocopa que casi se escapa.

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