El Valencia se quita a medias un problema con la salida de Álvaro Negredo al Middlesbrough -no habrá comunicado hasta que el delantero complete con éxito los exámenes médicos- aunque el auténtico problema, el drama de verdad, es que no haya funcionado la apuesta por Negredo, un futbolista que llegó en el momento perfecto para haber sido uno de los más grandes de los últimos años. Lo tuvo todo, un auténtico contratazo y una afición entregada, pero él mismo con su bajísimo rendimiento ha convertido uno de los fichajes más ilusionantes en uno de los errores más caros que se recuerdan. Costó un dinero que el club nunca va a recuperar por mucho que marcara aquel gol en Mónaco y por muchos goles más que pueda hacer a partir de ahora en la Premier League.

Para el Valencia estos dos años de Negredo han sido un desastre. Para el futbolista el problema siempre es menor, al fin y al cabo tiene ese espléndido papel que le firmaron que le garantizaba más de tres millones netos para varios años más. Con esas condiciones ofertas no le iban a sobrar, por eso desde el principio el Valencia supo que esto iba a ser muy complicado y lo apostaba todo a esa oferta exótica que pudiera llegar.

Y llegó, por eso todo se complicó tanto cuando el vallecano rechazó por activa y por pasiva marcharse a jugar a China. A García Pitarch se le venía abajo todo el castillo de naipes que intentaba construir para rehacer la plantilla sin dinero. El jugador, sin embargo, acabó entendiendo que seguir aquí no entraba dentro de lo posible. No estaba en sus planes volver a Inglaterra pero lo aceptó como inevitable y ni siquiera ha esperado al último minuto antes del cierre del mercado, que es como llegó. Eso al Valencia 16/17 lo habría partido por la mitad. Al final, la solución no ha sido la mejor pero quizá sí mejor de lo que se podía esperar.

Más opiniones de Julián Montoro.