Cien millones más y seis puntos menos. Los puntos ya nadie se los va a devolver al Valencia, quedan los millones que deja la venta de tres de los mejores jugadores que tenía el equipo. Lo que decida hacer con ellos -o solo una parte de ellos- el señor Lim, lo que pueda ocurrir de aquí a la noche del 31, es lo que ahora mismo mantiene la expectativa de toda esa afición enfadada pero sobre todo confundida con todo lo que ha venido pasando en las últimas semanas. Porque han pasado muchas cosas, cuando la gente creía que llegaban ya esos fichajes que lleva esperando meses ocurre que se van Alcácer y Mustafi, que se suman a André Gomes. Y se van porque, en definitiva y entre otras muchas situaciones, no se acaban de creer este Valencia CF. No lo dice Paco porque calla, pero sí se lo escuchamos al alemán en sus primeras palabras como jugador del Arsenal, o eso parece.

Dos derrotas

Ha ocurrido también que el Valencia ha perdido los dos primeros partidos oficiales con dos de los equipos que van a pelear de mitad tabla hacia abajo. Aunque el entrenador piense que mereció ganar los dos, la realidad es otra, el equipo no está ahora mismo para competir por objetivos a la altura de lo que representa el Valencia CF, pero la coartada se acaba el miércoles 31 a las doce de la noche. No es fácil confiar en quien, después de cometer errores, no hace otra cosa que insistir en el error. Tiene menos de tres días para demostrar que esta vez acierta. No se vayan a quejar después de que la afición no apoya.

La gran duda

Situándonos en el mejor de los escenarios, ese en el que de aquí al 31 se van los que siempre han sobrado y llegan al menos tres jugadores con un nivel superior, todavía quedará una última duda por despejar. Será si el entrenador es capaz de rehacer el equipo, que no es lo mismo que una colección de jugadores. Eso todavía no se lo han explicado bien al señor Lim. O no escucha. Que esto vuelva a funcionar como un equipo no va a ser fácil después de haber cambiado casi todos los referentes, pero el míster lo ve en positivo. Seguramente es lo que tiene que hacer o lo que puede hacer. «Tenemos un buen equipo». Así lo decía Pako Ayestaran el viernes, horas antes de disputar el segundo partido oficial de la temporada, de la segunda derrota. Otra cosa es la sensación que da al escucharlo desde fuera, porque no es creíble viendo los dos centrales en la última alineación. Así, no es muy complicado imaginar que los árbitros tampoco se van a creer a este Valencia. Al contrario, la masacre que nos espera no es que no tenga precedentes, porque eso es difícil, pero puede ser histórica. Miércoles, 31 de agosto, 12 de la noche. Usted mismo, señor Lim.

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