Los árbitros españoles nunca tendrán el respeto de todos mientras no haya alguien más serio por encima de ellos que los represente. Defender que ese gol no es fuera de juego es reirse de la gente y ofender a la inteligencia. Es cabrear un poco más al aficionado que vio perder a su equipo en gran parte por ese gol y otras decisiones que también le perjudicaron de una manera evidente. Lo denunció toda Europa hasta en China saben que Undiano Mallenco se equivocó. Y no parece lo más conveniente en una semana tan tensa calentar más el ambiente. Como aquel día en que el Valencia salió con las manos arriba del Bernabéu (la Cueva de Alí Babá) por un bochornoso penalti de Marchena a Raúl y a los señores del Comité Técnico (o Cómico) de Árbitros no se les ocurrió otra cosa que justificarlo. Ni aquello era penalti ni esto es gol, por mucho que lo intenten, una mentira nunca la convertirán en verdad. La explicación, además, provoca risa, porque es una jugada que el reglamento especifica con claridad sin hablar de metros de distancia ni velocidad del balón. Aunque en realidad no tiene ninguna gracia. El Valencia se queda a cero porque perdió el partido, con varias multas que tendrá que pagar porque la gente se calentó y la amenaza de cierre sobre su estadio.

Luego está lo del Barça. Ya puede protestar, medrar y contaminar, pero pagará los hechos de Mestalla con el descrédito internacional, que es donde más le duele una vez que los tres puntitos quedaron a buen recaudo. Sus insultos y faltas de respeto al Valencia, a sus dirigentes y a sus aficionados, no los pagará como debía, que es con una sanción ejemplar especialmente para Neymar, pero todavía ha tenido suerte que el Valencia ha tenido más ´valors´ y no lo ha denunciado. Por cierto, ya que tienen tan claro lo de Luis Suárez, ¿pueden explicar también lo del penalti por las manos de Abdennour en Eibar? Los puntos vuelan que da gusto.

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