El Deportivo es uno de los equipos que pelean y todo apunta a que pelearán por no bajar a segunda división y lo que dio de sí el Valencia está más cerca de ese terreno que de cualquier otro que ahora mismo se pueda imaginar, que no ver. Hay cosas en las que Prandelli ha mejorado el equipo pero partidos como este evidencian que su equipo está hoy donde tiene que estar, lejos de las prestaciones que ofreció días atrás frente al Barcelona y más cerca de equipos como el Depor. El tiempo, el trabajo y los refuerzos de invierno, con permiso de las autoridades comunitarias, dirán hacia dónde vamos, porque de dónde venimos y dónde estamos queda claro después de comprobar lo igualado del choque en Riazor. Igualados a desaciertos e incapacidades, a mínimos.

Decía el entrenador que temía este partido porque suponía para él enfrentarse a un panorama nuevo, sin la motivación extra del debut en Gijón ni la de recibir al Barça en Mestalla. Lo mejor es comprobar que el italiano y muchos de sus hombres no han buscado excusas ni ponen paños calientes a un partido del que todos esperábamos bastante más y que nos deja con el miedo en el cuerpo, porque la próxima visita a Galicia es para medirse al Celta que es bastante mejor equipo que el Deportivo.

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