Ganar es la prioridad número uno y después esperar a que la presidenta decida el momento de compartir con el resto del valencianismo qué planes tienen para el club más allá de no bajar a segunda división, que según dicen es el único objetivo. Mientras, lo que sugiere el aparato de propaganda del Valencia CF es que les ha deslumbrado el modelo Monchi en el Sevilla y que, por qué no, habría que intentar copiarlo. Hablan, como de tantas cosas, tremendamente a la ligera, sin saber quién es el director deportivo del Sevilla y qué representa en el día a día del ese club. Porque Monchi, más allá de su acierto en los fichajes, controla en el Sevilla hasta el agua de los floreros y tiene una aptitud casi enfermiza para que todo lo que se cuece en el club pase por sus manos. Sin olvidar, para que algunos lo tengan claro, el departamento de comunicación.

Si vamos estrictamente al fútbol, él mismo lo explica en una reciente entrevista: «tengo una autonomía de trabajo que no tendré nunca jamás en otro sitio». Desde luego, ni en sueños en el modelo de Valencia CF Meriton que conocemos, en el que la presidenta y el director deportivo se han enterado de fichajes y traspasos cuando ya estaba todo negociado y acordado por el propietario. Incluso se dio algún caso, lo que sin duda es peor, de que conociendo los movimientos la presidenta los ocultó al director deportivo. Vamos, como cuando Llorente, aunque en su caso ni siquiera era propietario, decidió renovar a Emery o fichar a Pellegrino consultando solo con la almohada. No importa, inventemos o fabriquemos nuestro particular Monchi que ni controla ni decide nada, pero tiene la secretaría técnica muy bien amueblada. A pesar de los recortes, el Valencia sigue pagando bien y no va a tener problema para encontrar candidatos de sobra que estarán dispuestos a ello.

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