El Levante UD tiene el ascenso en la mano pero eso, siendo el único y gran objetivo de la temporada que se va a cumplir con creces, es poco para el hambre que hay en ese vestuario. Todo lo contrario que al otro lado, donde el Valencia después de ganarle al Real Madrid y con muchos partidos por delante ni se ha planteado mirar más allá de mantener la categoría, que no era el objetivo. Y si es ganando los partidos de casa, para silenciar en la medida de lo posible Mestalla, los del palco se quedarán hasta tranquilos con su obra.

Estas cosas son más de hacer que de decir, pero al final son las que valoran los aficionados más allá de ganar o perder. Solo el deseo de intentarlo ya suma, aunque son cosas que de alguna manera emanan desde arriba, del respeto a los objetivos marcados con firmeza por una propiedad y un cuadro directivo que pueda apretar a los jugadores día a día porque se ha ganado el respeto. Club ambicioso, gestores responsables, jugadores comprometidos, equipo competitivo, por ese orden.