No era todavía director deportivo José Ramón Alexanko cuando el Valencia decidió confiar el equipo a Voro después de dimitir Prandelli, la decisión la tomaron García Pitarch y Layhoon, aunque sí lo era ya de manera interina en el momento en que el club ratificó al de l´Alcúdia hasta final de temporada. El detalle es interesante porque si Alexanko se enfrentó a la presidenta o simplemente intentó que se tuviera en cuenta su opinión profesional en una cuestión tan relevante, hay diferentes versiones al respecto, hizo lo que tenía que hacer y el aficionado se lo tendrá en cuenta. Ganarse el respeto del valencianismo y al mismo tiempo la confianza de los propietarios del Valencia CF no son por desgracia cuestiones que vayan de la mano, ellos van a la suya y están cada vez más alejados de la gente, por eso hay momentos en que quienes trabajan en el club y y para el club han de elegir entre una cosa y la otra, hacer y decir lo que uno cree o decir que sí a todo y tragar con lo que los otros imponen. En la medida en que Alexanko y sus técnicos hagan valer su trabajo y su criterio se ganarán el respeto de la gente, sobre todo si ello les supone roces con los que gobiernan, que han agotado ya prácticamente toda su credibilidad a base de errores y compromisos incumplidos.

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