El último que regresó de Singapur con promesas y compromisos del propietario fue Prandelli y tres meses después se marchó por incumplimiento de los mismos, así que no sería de buen gusto repetir la misma jugada con el nuevo Director General, sobre todo porque viendo vaciarse partido a partido la grada de Mestalla el juego se puede acabar en cualquier momento. Dicen que en la mentalidad asiática, al menos la de Singapur, no cabe llevar la contraria a un superior. Eso nos plantea la incógnita de qué hablan Peter Lim y Layhoon cuando analizan lo mal que han hecho las cosas desde que tomaron las riendas del Valencia, porque para la presidenta la culpa no será del dueño y para el dueño no será de la presidenta, pues de ser así se supone que la habría sustituído hace tiempo. Trabajo tiene Alemany para poner a plena producción el barrizal que le han dejado, aunque siempre puede marcharse si se lo ponen imposible. Hasta Mendes, que también se habrá equivocado lo suyo, se ha hecho a un lado por la facilidad que tiene la presidenta para renegar en público de su persona si no es para cargarle muertos que no son suyos, sino de ella y de Lim.

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