Esto no va con Voro, que seguramente ha hecho más méritos que otros para ser entrenador del Valencia CF, pero hay cosas que no transmiten buenas vibraciones y entre ellas está el mensaje que envía Ezequiel Garay. Como uno de los futbolistas importantes de la plantilla, que lo es, tiene todo el derecho a expresar lo que piensa. Y si lo que piensa es que Voro es el entrenador que necesita este equipo, está muy bien que lo diga. El problema es que la justificación deja bastante que desear. Si el Valencia estuviera tercero y peleando por objetivos importantes, ese «queremos que siga porque nos hace sentir muy bien tanto fuera como dentro del campo» tendría un contenido incuestionable. Esa es la zona de confort que requiere un club de elite, la de unos futbolistas que están a gusto con su entrenador porque les lleva a dar el cien por cien, a no dar un partido por perdido y a competir por ganar títulos. Otra cosa es cuando el jugador dice sentirse bien estando donde está el equipo y peleando por lo que está peleando, es entonces cuando el mensaje no es creíble. Por eso no deja de ser sospechoso que desde el propio Valencia se intente convertir la palabra de Garay en el pensamiento de toda la plantilla. Una vez más, las ganas de algunos de que nada cambie van por delante de la realidad.

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