Dese dentro de ese pequeño -o más bien grande-caos que sigue siendo hoy el Valencia CF, a pesar de Mateu Alemany, el fútbol es tan grande que todavía ha aparecido un futbolista como Carlos Soler, llamado a ser uno de sus referentes en el futuro. Es y será futbolista aquí o donde sea que vaya, si el club sigue vendiendo a los mejores como ha hecho hasta ahora. Son muy pocos los casos como el suyo en la historia del Valencia, con su edad y tan pocos partidos en la elite. Después, irrumpe otro jugador que continuará la leyenda del lateral izquierdo made in VCF, Toni Lato. Lo habíamos visto otras veces, pero nunca con esta determinación y este empeño de que sea la definitiva. Con todo este caudal de sensaciones este equipo es otro. Serían como esas flores que crecen en la basura, entendiendo basura como los restos de lo que iba a ser un proyecto ganador.

Si además de salvar al equipo y evitar un problema gordísimo al propietario, la presidenta y su gente en València, Voro se va dejando estos dos futbolistas para el disfrute del valencianismo, ya se puede morir tranquilo como decía Joan Plaza después de ganar la Eurocup en la Fonteta, aunque lo de Voro ha sido incluso más complicado especialmente por lo poco que le han ayudado y le ayudan los que están arriba. Definitivamente, no aprenderán nunca.

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