Un 5 de mayo del año 2002 el Valencia CF conquistaba la Liga después de 31 años pasando por encima del Galáctico Real Madrid. Hoy, y siempre, de aquello quedan las imágenes y vivencias que nada ni nadie podrá borrar, ni siquiera la sospecha de que al paso que vamos habrá que esperar tres décadas para volver a disfrutar de algo así. Porque el aficionado lleva dos años de razones para esperar con cierto pesimismo las noticias que vendrán en cuestión de horas o días de Singapur. Asumido está que la plantilla será de bajo coste y que volverán a vender futbolistas, pero eso mucha gente estaría hasta por la labor de aplaudirlo a cambio de un poco de criterio, un trabajo serio y una toma de decisiones responsable.

Esta vez no han tenido el valor de llevarse invitados para dar palmas, escribir de lo bonito que es Singapur y bendecir las bondades de este proyecto, pero la historia se repite casi un año después. A ver si alguien les hace ver que, visto que no está previsto invertir en el equipo, lo único que ahora mismo puede frenar el descrédito del propietario que lleva un año sin venir, cambiar el signo con que afrontamos la nueva temporada y motivar al valencianismo es traer un entrenador capaz de hacer un equipo y levantar esto. Marcelino o Marcelina. Si vuelven a fallar, es difícil imaginar qué va a pasar.

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