Muchos valencianianistas quisieran ser como Tamara Gorro, que disfruta cada victoria en Mestalla como si el equipo se estuviera jugando la Liga aunque la triste realidad sea que se mueve en tierra de nada ni nadie, como si aquí no hubiera pasado nada y solo existieran noventa minutos. En eso se le parece un poco a la presidenta Layhoon Chan, que sonríe a poco que el equipo gana uno o dos partidos como si tuviera la Champions League en la palma de la mano. Y cuando no, hace mutis por el foro porque le silban. Será, en definitiva, porque tanto una como la otra son gente que está en el fútbol y en el Valencia CF por circunstancias que nada tienen que ver con la pasión. Eso no es criticable y menos en el caso de la señora de Garay, que no deja de ser la mujer de un futbolista que hoy está aquí y mañana allá, que además ha puesto empeño en identificarse con estos colores y tiene un carácter especial que busca arrancar siempre una sonrisa a los demás. Tampoco lo es en el caso de Layhoon, que está aquí por obediencia y lealtad a Peter Lim aunque es evidente que su perfil no es el más idóneo para presidir un club de fútbol de élite como el Valencia CF.

Entrenador

Lim deja hacer, o lo parece

Pero hablando de perfil, el que importa ahora es el del entrenador que van a traer. Si no nos han engañado, los movimientos, las llamadas y las conversaciones con agentes apuntan a los tres o cuatro nombres que les venimos contando desde hace días, unos con más opciones que otros aunque eso está todavía por ver. Berizzo, Marcelino, Javi Gracia, Quique Setién... Los cuatro cumplen el perfil que dejaba en el aire Voro para su sucesor, experiencia y un estilo propio. Con diferencias pero también con cosas en común. Es evidente que si Peter Lim dio el visto bueno a Pako Ayestaran no habrá puesto excesivos problemas a cualquiera de ellos, más allá de advertir a Mateu y Alexanko que aprieten las tuercas al máximo en el asunto económico. Siempre queda la sospecha, pero pondría la mano en el fuego a que ni el propietario ni Jorge Mendes van a meter esta vez baza en el tema del entrenador. Sea por las razones que sea.

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