Al aficionado del Valencia CF le vendieron que su equipo iba a pelear todos los años por la Champions, pero van pasando los años y la Champions la siguen ganando los de siempre. A Jorge Mendes se le pudo ver en Cardiff pero no para acompañar a Peter Lim, sino a Cristiano. La gente está tan escarmentada que ya no pide más fichajes millonarios, aunque eso también tiene que ver con el escaso acierto acreditado en ese tipo de inversiones, lo poco que han aportado para dar el salto de calidad que se buscaba y lo mucho que condicionan el presente y el futuro operaciones como las de Negredo y Enzo Pérez, por no entrar en el asunto de Rodrigo Moreno. Al final el aficionado que ayer acudía a la cita en Torrent igual que el que hoy participará en la fiesta de Burjassot demuestra ser consciente del momento que vivimos, antes que nada reclama al propietario y a quienes tiene al frente del club un poco de sentido común, que sean capaces de hacer un equipo que les represente y que no acabe de vaciar Mestalla, que luche, que transmita ambición y recupere toda la ilusión perdida en estos dos años.

Una decisión tan simple como cabal, hablando del fichaje de un entrenador como Marcelino, fue suficiente para creer que esto de verdad puede cambiar. El asturiano, junto a un patrocinador para la camiseta y los nuevos referentes elegidos para liderar el equipo, ponen cara por el momento a ese cambio obligado, porque el Valencia no se puede permitir una tercera temporada de malos resultados, de protestas y malos rollos, de volver a quedar fuera de Europa. Marcelino, Alemany y Alexanko. Son los elegidos para dar un giro y hacer que el Valencia CF vuelva a tener un equipo competitivo con el que la gente se sienta identificada. Si ellos no son capaces de hacerlo, los días de Peter Lim en el Valencia CF están más que contados. Hasta por una cuestión de salud.

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