Larga no, larguísima se ha hecho la espera porque han pasado casi dos meses desde que el Valencia CF fichó a su entrenador, pero ya está aquí. Marcelino aprieta, es lo que tiene que hacer, pero si no nos engaña demasiado -un poquito quizá sí- está de momento tranquilo. A pesar de que el panorama es el que es a pocas horas de su primer encuentro con la plantilla, confía en su trabajo y además hay que entender que se dará por satisfecho si el 30 de agosto le traen a Kondogbia, por poner un ejemplo de ese consenso del que tanto hablan. Habrá valido la pena esperar. El problema vendría si, después de todo, llega el 31 de agosto y no le traen a Kondogbia sino al cuarto o al quinto de la lista, o sea, otra vez al Mario Suárez de turno. Ese es el riesgo que ha de asumir él y en definitiva el Valencia CF dadas las circunstancias, porque mientras no se demuestre lo contrario no hay otras. Lo que se dice inversión, bajo cero. Si hoy, día 7 de julio, le traen como así parece a Neto, además de tranquilo puede que Marcelino esté hasta feliz.Porteros

Leo y escucho que hay mucha gente sorprendida por el hecho de que el Valencia CF, con todas las prioridades y urgencias que tiene en otras demarcaciones, empiece la casa por reformar la portería. Sí, es un hecho llamativo, de eso no hay duda, aunque es absurdo buscarle una explicación si no se tienen todos los datos que sí tiene Marcelino para haber tomado esa decisión drástica con dos futbolistas en especial, dos de los importantes, no cualquiera. Uno ya se fue, Enzo Pérez, y el otro todavía no, Diego Alves. No es ningún capricho, al final, es la decisión que ha de marcar un antes y un después en el orden establecido y la capacidad competitiva de este equipo, como tal hay que afrontarla de manera valiente. Otra cosa es que, por las razones que sea, acaben regalando a uno y vamos a ver qué ocurre con el otro, aunque eso ya no es responsabilidad del entrenador.

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