Acertar con Carlos Soler era un de los puntos clave en este nuevo Valencia CF de Marcelino. De entrada parecía extraño aquello de ponerlo a jugar en una banda porque en el medio para el asturiano son fijos Parejo y Kondogbia, pero una vez más se demuestra que un buen entrenador sabe lo que hace y un buen futbolista emerge siempre sean cuales sean las circunstancias. Soler irrumpió en el equipo en uno de los peores momentos de su historia y con veinte años recién cumplidos fue capaz de asumir la responsabilidad y brillar, lo mismo que ahora cuando el equipo va como un tiro y en una posición diferente. Mejor así, porque el club no se podía permitir desperdiciar ni un gramo de talento.

¿Será Rafa Mir la excepción? Si se ha llegado hasta aquí es porque el club no se ha acabado de creer su proyección de primer equipo, seguramente no renovará, aunque eso no quiere decir que no haya que intentarlo aunque solo sea por la obligación de sacar tajada -por poca que sea- de un futbolista que ahora mismo está haciendo goles casi sin querer. Sí, en Segunda B, la lástima es no haber podido comprobar de momento lo que podría hacer de él Marcelino al lado de Soler, de Guedes, Zaza y Rodrigo.

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