Entre ese balón de Darder que golpea en el poste pero se va fuera y ese otro muy parecido de Kondogbia que entra majestuosamente por la escuadra está la diferencia y los tres puntos. Una parte de calidad, mucha eficacia, algo de fortuna... Parece que todos los astros se han alineado para que este Valencia CF gane siempre sin importar lo que haya pasado a lo largo de los noventa minutos, haciendo historia, marcando diferencias en la clasificación con rivales que hasta hace apenas dos meses parecían inalcanzables. Una fiebre que devora La Liga y que lleva al equipo de Marcelino a explorar límites insospechados. ¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? ¿Quién sabe? Llevamos siglos observando y estudiando el universo y todavía hoy tiene una parte de misterio indescifrable que quizá nunca lleguemos a conocer.

Algunas de las respuestas a esas cuestiones pueden estar en el partidazo que se avecina en Mestalla, ese día, el próximo domingo, el Valencia lo tendrá que hacer mucho mejor que en Cornellà para tener sus opciones. Ya ha demostrado muchas veces que sabe y puede hacerlo y por eso el valencianismo exultante cree más que nunca en la victoria. El día de la derrota llegará y también habrá que estar preparados porque ningún equipo gana todos los partidos, pero tampoco el FC Barcelona.

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