La ovación final como reconocimiento al esfuerzo de los jugadores significa que el idilio no se ha roto por tres malos resultados a pesar de que el equipo de Marcelino no es el mismo de hace dos meses ni transmite las mismas vibraciones. El aficionado ha entendido que su equipo hizo lo que pudo, aunque no le salió nada por muchas razones. Una de ellas el error increíble de los árbitros, que después de haber hilado tan fino en el gol de Bacca no vieron ni sancionaron una acción tan clara como las manos de Trigueros. Trigueros También ha entendido que el Valencia no está en un buen momento, como lo demuestra el hecho de que Andreas Pereira, hace dos meses como mucho el jugador número 12, es ahora el que ha de tirar del ataque valencianista. Lo que no entenderá la gente es que el club no refuerce el equipo con el riesgo de caerse de los cuatro puestos de Champions, en una temporada en la que se está viendo que salvo el Barcelona aquí todos son vulnerables. Con un poco más se podrían alcanzar muchas cosas. Enhorabuena al Villarreal, que con esta victoria mantiene también sus opciones. Y sí, el ´no gol´ de Messi en Mestalla al final va a salir caro.

Más opiniones de Julián Montoro.