Los que más felices salieron del sorteo son los que peor lo han pasado en esta eliminatoria de cuartos, en la que el Valencia elimina al Alavés en la tanda de penaltis y el Leganés, ojo, se carga al Real Madrid ganando en el mismísimo Bernabéu. Ambos han dado bastante más guerra por cierto que el Atlético al Sevilla, por tanto, después de esto, de todo lo sufrido en estos dos partidos y especialmente en este de vuelta, de cara al sorteo de este viernes puede valer cualquiera menos el Leganés.

El partido, el de Vitoria, tiene muchas lecturas. La de Abelardo, por ejemplo, es que su equipo mereció pasar porque haciendo un esfuerzo terrible lograron jugar de tú a tú al Valencia y hasta superarle en algunos momentos, ese Valencia que anduvo sin rumbo durante mucho tiempo pero que, a la hora de la verdad, en 120 minutos le hicieron pocas ocasiones y solo en los últimos veinte más la prórroga generó suficientes para haber resuelto antes de los penaltis. Lo vimos peligrar, viendo la cara de Marcelino da la impresión de que él también, lo que no logro recordar es en qué pensaba durante esos minutos en que parecía que esta aventura se podía terminar.

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