Ahora que se han cerrado ya los dos asuntos que han capitalizado la actualidad en las últimas semanas, el mercado de invierno y la Copa, es momento de mirar hacia adelante y ponerse ya -como se suele decir a full- en los dos que van a marcar los próximos meses y en definitiva el futuro inmediato de la entidad: la Champions y la planificación de la próxima plantilla. Un binomio, además, prácticamente indivisible, porque el uno va a tener una influencia decisiva en el otro. Ambos, en principio y para bien aunque el fútbol vive del presente y no de lo que ya ha pasado, están en manos de Marcelino y de Alemany, de los partidos que gane el Valencia CF de aquí al mes de mayo. Hay que entender que solo con un Valencia en la Champions League el máximo accionista dará vía libre a la inversión necesaria para dar el salto de calidad definitivo, empezando por Guedes, asunto sobre el que ahora mismo hay un halo de misterio difícil de descifrar. Marcelino apostó fuerte en su momento, aunque después ha optado en sus manifestaciones públicas por una postura más cautelar. Al final, que Peter Lim lo fiche no está en sus manos, pero sí quitarle al propio jugador más presión de la que ya tiene desde que en Madrid lo elevaron a crack mundial por si acaso a Florentino se le ocurre intentarlo. A ver si el PSG y Emery nos hacen a todos un favor.

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