No veo al aficionado preocupado con lo que vendrá el próximo verano por muchas razones. Porque todavía queda mucho para eso, porque su equipo viene de ganar en Sevilla y eso que no está al cien por cien y, casi lo más importante, porque Marcelino y Mateu Alemany ya han demostrado que saben hacer un equipo y eso después de la experiencias de estos años atrás es un aval determinante. No debería ser así porque, en el fútbol de élite, el conocimiento se supone, aunque en el caso de Meriton han tardado dos años en descubrirlo.

Y no es que haya motivos para preocuparse por el hecho de que vendrán ofertas, pero sí para estar preparados porque la misión de los actuales responsables del Valencia será cuadrar los números -para al menos «empatar» como decía Mateu- defendiendo con uñas y dientes su proyecto deportivo. Tampoco hay que engañarse, las ofertas mejores serán por los mejores, los que no queremos que se vayan. Por eso hay que estar mentalizados para un mercado de verano muy gratificante porque habrá nombres importantes entre los posibles refuerzos para el regreso a la Champions, porque no solo es ir sino competir y dejar bien alto el escudo, pero también será duro, porque por otro lado habrá que trabajar mucho para retener a esos jugadores que son el alma y el sostén de este equipo. Y no hace falta poner de momento nombres.

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