Este lunes pudimos leer en estas páginas un extenso reportaje sobre el primer año de Mateu Alemany en el Valencia CF, informe que por cierto se puede consultar en cualquier momento a través de nuestra página web. Ni él mismo, ni ustedes, ni yo ni imagino que el propio Peter Lim podían imaginar en el mes de marzo de 2017 que este club estaría hoy en la posición que está, con muchos de los problemas de fondo vigentes pero con ambición y, lo que es más importante, ilusión en el aficionado y soluciones reales a la vista. Mateu y Marcelino, que fue su primera apuesta con indudable acierto, han mejorado entre lo prioritario todo lo que estaba en sus manos mejorar, la plantilla, el vestuario, el equipo y la clasificación, porque borrar los delitos que cometieron otros en el pasado y que le van a costar al club unos cuantos millones de euros no lo estaba ni lo está.

Siendo de una importancia vital todo lo conseguido en estos 365 días, porque esta Champions es como el último tren y hace solo ocho meses era una quimera, un sueño volver a estar ahí, lo mejor está por llegar. Una vez has cogido el tren ya no puedes bajarte. Si además han convencido a Peter Lim para que vuelva a invertir para competir en la Liga de Campeones, y algo hay cuando estamos hablando de Kondogbia y de Guedes, habrá que poner sus nombres en sendas gradas del futuro estadio, si es que llega a ser realidad algún día.

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