A sus 35 años y tras haber vivido una de las temporadas más intensas de su carrera a nivel profesional, Sergio Ballesteros hace balance de lo que ha sido un año increíble y habla de cómo se presenta el futuro más inmediato. El episodio de Mestalla le ha acabado de encumbrar a los altares del levantinismo aunque él se siente sólo uno más dentro de la gran familia granota. Sabe cómo está la situación perfectamente pero elude hablar de la marcha de Luis hasta que la salida del técnico se confirme de forma oficial... y lanza un mensaje de cordura y al mismo tiempo de optimismo de cara al futuro.

¿Ha reposado ya el subidón de lograr la permanencia en Mestalla?

—Sí. Ese día fue bonito para nuestra gente. Nos lo pasamos bien, disfrutamos de la permanencia en un campo donde al levantinismo le hace mucha ilusión y ya está. Las cosas luego vuelven a la calma.

—¿Es consciente de que aquel episodio en Mestalla le ha ayudado a instalarse definitivamente como un ídolo para el levantinismo?

—Yo no me considero ningún ídolo ni ninguna referencia ni nada de eso. El gesto que hice se malinterpretó. Fue en un momento dado y hacia el presidente. Se lo podía haber hecho en privado pero con las pulsaciones a tope y el deber cumplido en ese momento... Yo creo que está clarísimo cuál era el sentido.

—Pero ídolo no por el gesto, sino por la alegría con que celebra, representando a todos los levantinistas. Porque realmente sintió aquella alegría.

—Claro que la sentí. Los que estamos en el vestuario, los que somos del Levante de verdad y lo sentimos más adentro sabemos la alegría que supone conseguir mantenerse en Primera. Es algo muy importante y muy difícil de conseguir. Hay que celebrarlo por todo lo alto, eso lo tenía muy claro. Fue una explosión de alegría, de saber que hay mucha gente a la que haces feliz.

—¿Con qué anécdotas se queda de esta temporada que ha terminado?

—Son muchas. El levantarse cuando te has caído muchas veces. Entrar a un vestuario después de muchas derrotas y abrazarse. Disfrutar de una victoria estando últimos. Conseguir el objetivo en Mestalla. Cuando viene el Madrid y le empatas. Hay una gran cantidad de cosas que a nuestra gente le hacen mucha ilusión, que ves que han disfrutado mucho durante este año.

—¿Uno de los momentos clave de la temporada que acaba de concluir fue después del partido de Sevilla cuando Luis García manda un mensaje para agitar al vestuario y éste responde a la semana siguiente ganando al Getafe?

—Ha habido momentos duros en los que creo que hemos mantenido todos la calma. No ha salido nadie del vestuario haciendo declaraciones raras, se ha mantenido unido. Hay momentos críticos en los que hay que dar la cara, pero todos. Quico en aquella semana transmitió un mensaje de tranquilidad, el míster hizo su papel y los jugadores el nuestro. Fuimos todos a una y salió bien. Muchas veces, cuando las cosas salen bien, es porque todos los que componen la cadena tiran a la vez.

—El Levante ha ido haciendo referentes. Uno era Luis y otro es usted ¿Qué mensaje le lanzaría en este momento a la afición de cara a la próxima temporada?

—El mensaje va a ser muy claro todo el año. Nuestro objetivo es el mismo. Lo vamos a pasar mal, vamos a sufrir y vamos a tener que hacer muchas veces lo impensable para conseguirlo. Que necesitamos a toda la gente, la máxima posible. Este año hemos sido 11.500 socios y hay que intentar ser más. Y tienen que saber que han sido un apoyo muy grande. Que ellos han conseguido el objetivo con nosotros y nosotros con ellos. Ha habido partidos donde ellos nos han alentado, empujado hacia la victoria y tienen que ser otra vez la pieza fundamental de este nuevo Levante.

—Su segunda etapa en el Levante empieza con el club en Segunda División, con un panorama bastante oscuro y, tres años después, miredonde está. ¿Se le había pasado por la cabeza algo así?

—En el fútbol pasan muchas cosas y nunca sabes. Yo cuando vine lo hice a un equipo de Segunda pero eso no es ningún desprestigio. Es jugar a fútbol, hacer lo que te gusta y además en tu club, en el que te dio la oportunidad. Ha salido todo bien, hemos ascendido, hemos permanecido y hay que seguir cumpliendo objetivos. Tenemos una oportunidad histórica todos los que vamos a estar este año en el Levante que es, por primera vez, conseguir estar tres años en Primera División.

—Volviendo a esos inicios. El primer año fue muy complicado, con muchos problemas, sin agua caliente en Buñol, etc. Usted, como veterano y con tantos años en Primera, ¿cómo afrontaba aquello?

—Pues poniéndome a trabajar y dándole importancia a lo que en realidad la tiene. Si no hay agua caliente pues fría, y si no, te vas a casa y te duchas allí. Un poco quitarle hierro a las cosas y centrarse en lo importante, que es el partido, los entrenamientos, tu manera de trabajar, intentar llegar en las mejores condiciones y nada más. Quien quiera saber todas las piedras que están en el camino al final acaba distrayéndose.

—¿Cuánta cuerda le queda?

—Yo espero cumplir el contrato nuevo que he firmado, que es de un año más otro y a partir de ahí ya veremos que pasa después. A ver cómo me encuentro pero yo tengo en mente cumplir este contrato y es en lo que me centro ahora mismo.

—¿Se ve jugando en otro equipo?

—No. Es difícil verme en otro equipo ahora mismo. Muy difícil.

—¿Ve su futuro en el Levante?

—Sí, ¿por qué no?. A mi me gustaría. Siempre he dicho que cuando deje el fútbol me encantaría estar vinculado al Levante de alguna manera. Es algo que me gustaría mucho y que me haría mucha ilusión.

—¿Se ve como futuro entrenador de la cantera?

—Sí. Me gusta el fútbol en general. Me gusta entrenar. Todo lo relacionado con el fútbol a pie de campo y estar metido dentro es lo que me gusta. Ha sido mi vida y lo va a seguir siendo.

—El Levante es un club especial en todos los sentidos...

—Es un club especial, claro. Te lo puedo decir yo, que a lo mejor no soy la voz más indicada por ser quien soy. Es un club con muchas peculiaridades, gente que está trabajando muchos años, que son del Levante, que han estado, están y estarán en el Levante; y yo que estuve hace 17 años, pues ver gente que sigue allí... eso es el Levante.

—¿Cree que el año que viene no harán falta 44 puntos para salvarse como este año?

—No. El punto de partida es que hemos conseguido la permanencia en el año más jodido. Y el año que viene no tenemos que hablar de números. Muchas veces preguntabais con cuántos puntos nos salvaríamos, se hacían quinielas, y al final hicieron falta más puntos que nunca. Tenemos que saber que hay que ganar partidos y que la primera vuelta que hemos hecho este año es una primera vuelta que no podemos repetir. Ese es el mensaje para el inicio de la temporada. La segunda vuelta de este año es muy difícil repetir y tenemos que intentar que eso no sea así otra vez. Tener una línea más regular.

—¿Cómo está viendo los refuerzos de equipos como el Málaga?

—Pues que tienen mucho dinero. Les sobra...

—Ya no están en la misma Liga...

—Hombre, si traes jugadores internacionales como Van Nistelrooy... El Málaga es un rival que tiene que pelear por competiciones europeas.

—¿Y el Rayo? ¿su Rayo...?

—Es un proyecto difícil. Han subido con impagos de por medio. A ver cómo arrancan, pero en teoría deben estar en la misma pelea que nosotros.

—Y en una situación de volver a construir un proyecto como es la que se encuentra el Levante ahora mismo, ¿el papel del capitán cobra especial importancia?

—Yo creo que es un trabajo de grupo, de todos, de cualquier compañero que venga. Todos nos tenemos que ir acoplando a caracteres, maneras de trabajar. Entre todos tenemos que ir ayudándonos porque al fin y al cabo el objetivo tenemos que cumplirlo entre todos. A los compañeros que vengan hay que ayudarlos lo antes posible a que encuentren casa, un sitio para la familia, colegios etc. Todas esas cosas, que a veces no se ven y que son muy importantes. En ese sentido hay que buscar intentar ayudarnos entre todos al máximo para que la gente esté lo más cómoda posible para poder trabajar bien.

—¿Incluido el nuevo entrenador que venga?

—Que yo sepa todavía no es oficial que Luis García haya dejado de ser entrenador del Levante. En el fútbol las cosas hasta que no están firmadas no están hechas. Por eso no voy a hablar.