«El equipo está en una situación de rodaje, aunque vamos a dar una buena imagen. Contra el Peñarol hay motivaciones, estaremos ante nuestra afición y el mensaje es enamorar». Lejos de lamerse las heridas por una derrota inesperada pero que entra dentro de la normalidad de una pretemporada, Juan Ignacio está convencido de que las cosas van por donde tocan. De hecho, lo ocurrido en Teruel es un toque de atención que vendrá bien para no bajar la guardia.

«A nadie le gusta perder nunca. Veníamos de una dinámica de resultados positiva, pero esto también sirve para que seamos conscientes de que en el fútbol está el lado malo de la derrota. El Teruel hizo un buen partido y tuvimos la suerte de remontar, pero en la segunda parte por una cosa o por otras no entramos nunca en el partido y ni fuimos el Levante que yo quiero ni el que quiere el equipo», explicó el técnico levantinista, que reconoció los errores cometidos.

«Nos precipitamos y nos pudieron las prisas. Debemos tener momentos de pausa y menos precipitación», continuó el de Rabasa. «Quisimos resolver por la vía rápida, mientras que el Teruel jugó bien sus bazas y estuvo sobresaliente en los unos contra uno».

Sin embargo, no hay motivos de alarma. «Las sensaciones continúan siendo positivas. Seguimos con nuestra planificación, buscando la puesta a punto. Hay futbolistas que van llegando a los que les falta ese puntito de forma que debemos conseguir a través de estos partidos. Ahora tenemos al Peñarol y vamos a Inglaterra (Bolton)a competir con equipos potentes», señala el míster, que recuerda que la carga de trabajo en las piernas no es en balde: «En Teruel no estuvimos todo lo enteros que quisiéramos, aunque hay que sacar unas conclusiones cuando veamos las imágenes».

Un discurso muy humilde

Como mínimo faltan tres fichajes, al margen de Del Horno, pero JIM, sabiendo estar en su sitio, se lo toma con calma. Es consciente perfectamente de donde está y del papel que le toca jugar: «De Juan Ignacio nunca va a salir una palabra más alta que la otra respecto a si falta esto o lo otro. La dirección deportiva está trabajando mucho, lo sé, para hacer esfuerzos en todas las parcelas. No se trata de que falte nadie en la plantilla, porque son los mismos jugadores que en Holanda y La Manga».

Pese a coger un testigo tan pesado como el de Luis García, lo cierto es que Juan Ignacio tiene muy clara la importancia de conectar con el grupo y asumir el rol que debe desarrollar dentro del club, donde participa en la toma de decisiones pese a que la última palabra es la de Manolo Salvador, con quien estuvo charlando el sábado: «Estoy encantado con el grupo en todos los aspectos, tanto en la bienvenida como en el rendimiento. Las demarcaciones que hay que reforzar las decide la dirección deportiva y yo voy siempre en la misma línea, jamás voy a preguntar... He venido al Levante, que es un club humilde que ha apostado por Juan Ignacio, que también es un entrenador humilde».