Ballesteros, pese a las críticas vertidas sobre él, volvió a demostrar en Vallecas el miércoles que siempre hace lo mejor para el Levante. El central de Burjassot hizo el gol que a la postre fue el del triunfo y forzó la expulsión de Botelho en una acción en la que el brasileño del Rayo se desentendió del balón para ir a obstruirle. Sin embargo, al margen de eso, el levantinismo de Sergio llega mucho más allá. Regresó al Levante hace tres años tras salir de Orriols y vivir un largo periplo por Tenerife, Rayo, Villarreal y Mallorca y se ha convertido, a su regreso, en el máximo referente granota. Él siente los colores azul y grana como nadie y prueba evidente de ello es el gesto que tuvo hace no demasiados días. Sergio fue padre de su primer hijo varón (ya tiene una hija mayor llamada Sofía que sin duda es su ojito derecho) el pasado día 2 de julio y el pequeño Daniel Martínez ya ha vivido su bautismo... granota.

El capitán del Levante y su pareja, María José, aprovecharon el descanso liguero entre la segunda y la tercera jornada de Liga para programar y celebrar el bautizo de su pequeño en la capilla que hay en el Palco Vip l´Alqueria del Ciutat de Valencia. Fue exactamente el pasado 3 de septiembre y al acto acudieron no más de 50 personas en su gran mayoría familiares y amigos de los padres. El ágape posterior al bautizo, como no podía ser de otro modo, también tuvo lugar en el palco vip del estadio Ciutat de Valencia y en él ya hubo hasta quien bromeó con el futuro del pequeño Daniel como jugador granota. Tiempo al tiempo.

Fue simplemente una muestra más de levantinismo en un acto sencillo y entrañable que además, tuvo un plus granota añadido y es que el capellán que se encargó del bautismo fue D. Enrique Orquín, levantinista hasta la médula y que no dudó a la hora de reconocer ante los asistentes la especial ilusión que le hacía oficiar una ceremonia en clave azulgrana.

Con la llegada del pequeño Daniel, pese a que el nombre futbolístico se pierde —a Sergio se le conoce como Ballesteros que es su segundo

apellido, el materno—, se asegura la continuidad de una estirpe que sin duda ha pasado a formar parte ya de la historia del levantinismo. Han bastado cuatro jornadas de la presente temporada para volver a dejar claro que Ballesteros se parte el pecho por defender su escudo.

Ahora, el futuro de la saga es ya una realidad...