En Orriols no hay crisis. El Levante cortó ayer en seco el aumento desmedido que su prima de riesgo había experimentado en las tres últimas semanas y, con un abultado triunfo ante el Sporting de Gijón por 4-0 —los astuarianos merecieron algo más por lo visto sobre todo en el primer tiempo—, se asienta en zona Champions. Al ladito de los más grandes.

En estos momentos en los que la coyuntura económica mundial no anda demasiado boyante bastaría con hacer un símil y decir que el conjunto azulgrana afrontaba, si no en crisis, sí en plena recesión el choque de ayer. Después de tres patinazos consecutivos recibía a un rival que además venía cotizando al alza en las últimas semanas pero, pese a ello, los mejores activos del conjunto dirigido por Juan Ignacio aparecieron para decantar la balanza del lado granota y hacer que su gente disfrutase de otra gran fiesta en Orriols. Fue una tarde con tintes mágicos en el coliseo azulgrana.

El partido, en sí mismo, fue demasiado abierto. Uno piensa que es uno de esos encuentros que los técnicos detestan por las opciones y las alternativas que ambos contendientes permiten a su rival si bien eso, al mismo tiempo, es sinónimo de diversión para el espectador. Por ello y porque los goles cayeron del bando azulgrana, la grada del Ciutat de Valencia acabó haciendo la ola pese a que el conjunto de Preciado tuvo varias ocasiones claras para batir a un Munúa bastante acertado.

El Levante, en el cómputo global del encuentro, fue muy superior gracias en gran medida a la conexión —o mejor decir ´Konexión´— entre sus hombres de ataque. Las combinaciones ofensivas entre Valdo, Juanlu, Barkero y el marfileño Koné fueron muchas y fue precisamente el ariete quien desatascó el encuentro cuando se acababa de superar el cuarto de hora. Apenas un minuto después de que el sportinguista André Castro rematase un balón con una preciosa chilena que salió lamiendo el larguero de Munúa, Arouna le robó la cartera a Canella, condujo hasta casi línea de fondo y sirvió el balón con precisión a Barkero para que éste rematase a placer a la red. La acción del atacante africano ponía en franquicia el marcador si bien aún quedaba mucho por ver, por jugar, por sufrir... y por disfrutar.

Los granotas tenían ya el partido donde les gusta tenerlos y el guión varió mínimamente ya que el Sporting, sobre todo en la recta final del primer acto, dio un paso al frente. Quizás le dejó el Levante que lo hiciese consciente de que a la contra podía destrozarlo pero lo cierto fue que en esa fase del encuentro los rojiblancos tuvieron dos ocasiones claras en la cabeza de Barral y en las botas de Miguel De las Cuevas que no supieron aprovechar y que habrían puesto en un brete al conjunto de JIM.

Llegar al descanso le supo a gloria al Levante y prueba de ello es que en la segunda mitad saltó al césped como tocado por una varita mágica. En la primera acción tras la reanudación Juanlu se coló de nuevo hasta la cocina sportinguista para servir un balón a Valdo quien, empleando el ala o la pechuga y en boca de gol, lo empujó a la red. El tanto fue del caboverdiano aunque el árbitro se lo concedió al malagueño.

Contragolpes de manual

La diosa fortuna que la semana pasada le había dado la espalda al equipo en el Calderón, está vez le sonrió y obligó al Sporting ahora sí a avanzar filas y dejar espacios. Los de Preciado, ya entre la espada y la pared, aún tuvieron minutos después una clarísima ocasión para meterse en el partido en un cabezazo a bocajarro que Munúa desvió de forma acrobática aunque, al igual que sucedió en la primera parte, esa acción fue el preludio de una nueva diana azulgrana que llegó tras contragolpe letal finalizado por Koné y que dejó visto para sentencia el choque.

El marfileño lo tenía tenía todo a su favor para darse un festín y Juan Pablo le sacó una nueva ocasión tras otra contra de manual y mortal de necesidad culminada con precisa asistencia de Juanlu al ´2´ y una gran parada del meta visitante. La afición en ese momento se había olvidado ya de los últimos tropiezos, de las dudas defensivas mostradas e incluso algunos hasta de la crisis que nos azota... porque el Levante esta temporada no entiende de crisis. La grada empezaba a hacer la ola y la fiesta se desató ya con un cuarto tanto de puro oportunismo del propio Koné quien aprovechó un rechace en el palo tras un golpe franco directo magistralmente ejecutado por Del Horno (sí, Del Horno). Hasta en esa faceta —el oportunismo—, probablemente una de las que menos domina el ariete granota, estuvo ayer acertado.

De ahí hasta el final casi que daba igual lo que pasase aunque el Sporting debió pensar, parafraseando a ´El Gallo´, que «lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible». Los de Preciado se volcaron creando ocasiones e intentando maquillar el marcador pero hasta ahí tuvo el Levante fortuna y buen hacer porque, tras cuatro jornadas encajando gol consecutivas, mantuvo su portería a cero que era otro de sus objetivos prioritarios.

- Ficha técnica:4 - LEVANTE: Munúa, Javi Venta, Ballesteros, Nano, Del Horno (Pedro López, m.66); Farinós, Xavi Torres; Valdo, Barkero (Aranda, m.72), Juanlu; y Koné (Rubén, m.70).0 - SPORTING: Juan Pablo; Lora, Botía, Iván Hernández, Canella (Damián, m.46); Rivera (Nacho Novo, m.56), Nacho Cases, Trejo, De las Cuevas, André y Barral (Sangoy, m.56).Goles: 1-0, m.19: Barkero. 2-0, m.47: Juanlu. 3-0, m.51: Koné. 4-0, m.61: Koné.Árbitro: Paradas Romero (colegio andaluz). Amonestó por el Levante a Juanlu, Javi Venta y Barkero, y por el Sporting a Botía y Nacho NovoIncidencias: partido disputado en el estadio Ciutat de Valencia ante 11.287 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.