Ghezzal apunta a titular el domingo en el Bernabéu. El atacante franco-argelino trabajó el jueves junto al resto de sus compañeros a puerta cerrada en el Ciutat de Valencia y Juan Ignacio lo probó en el teórico ataque titular junto a Arouna Koné. El último fichaje levantinista, por tanto, todo apunta a que tendrá la primera oportunidad de gozar de su titularidad como azulgrana en un escenario y ante un rival e campanillas.

Poco menos de veinte minutos (entró en el campo en el 76') le bastaron a Abdelkader el pasado sábado ante el Racing para demostrar que puede aportar cosas a este equipo. En ese tiempo protagonizó un disparo lejano que se fue fuera pero muy cerca del palo izquierdo de la meta defendida por Mario, un cabezazo que atrapó el meta cántabro y varias maniobras de aproximación a la portería rival. En el tiempo que estuvo sobre el césped, de hecho, sólo perdió una pelota y dejó un buen sabor de boca en la parroquia local, pese a que no pudo hacer nada para desnivelar la balanza a favor del bando azulgrana en su puesta de largo.

Durante todo el tiempo que estuvo en el rectángulo de juego coincidió con Koné y, aunque en principio el ocupa la demarcación de delantero, la opinión de los técnicos es que encaja más en el perfil de segundo punta y por tanto lo ven más como complemento del marfileño que como alternativa al '2'. Sus cifras en sus anteriores clubes demuestran que no es precisamente un finalizador, de hecho sus guarismos anotadores son más que discretos aunque, pese a ello, está llamado a ser una de las armas de Juan Ignacio en el Santiago Bernabéu.

Quitando de esos veinte minutos del último partido, ningún equipo puede tener referencias de lo que es el Levante con Ghezzal y, aunque el Madrid tampoco debe estar excesivamente preocupado por desgranar al conjunto granota, el factor sorpresa tampoco se debe despreciar. Tácticamente, además, el último refuerzo debe aportar una serie de cualidades de las que ahora el equipo carece puesto que, con su envergadura, se confía en que pueda ayudar a Koné a aguantar balones que sirvan para darle tiempo y salida al equipo en equipos en los que el rival asedie la portería propia. Todo encaja para verle de inicio en Chamartín.