Juan Ignacio Martínez mantuvo ayer en Buñol hasta siete reuniones individualizadas con varios de los pesos pesados del conjunto granota, tras la sesión preparatoria y en dependencias interiores de la ciudad deportiva. El objetivo de las charlas fue hacerles ver uno a uno la importancia de mantener la unidad del grupo en este momento. JIM los sentó en su particular ´diván´ apenas dos días antes de emprender un viaje rumbo a Cornellà, en el que el equipo se juega mucho y en el que también va a haber algunos cambios significativos en lo que a hábitos y rutina respecta.

El Levante, que esta temporada siempre ha hecho sus desplazamientos a Madrid y Barcelona en tren —ya sea AVE o Euromed— y en el mismo día del partido, ha variado su modus operandi habitual de viaje para el encuentro de este fin de semana ante el Espanyol. El equipo, en lugar de viajar el sábado por la mañana —que es el día del encuentro—, se desplazará mañana viernes por carretera y en autobús. Serán tres horitas y media de trayecto con el objetivo de llegar a la Ciudad Condal, descansar allí todos juntos en la noche previa al partido y, a la mañana siguiente, ejercitarse en la Ciudad Deportiva del Barça, que está situada en Sant Joan Despí, antes de jugar por la noche.

En definitiva, se trata de mantener la misma rutina que el equipo lleva a cabo en los partidos que juega en casa, y más teniendo en cuenta que este fin de semana el partido es a las diez de la noche, y por tanto hay tiempo de sobra para ejercitarse, descansar y después jugar sin ningún tipo de apreturas. Además, se entiende como positivo también para el grupo la convivencia conjunta en el que sin duda es el momento más delicado de la temporada en el aspecto deportivo, coyuntura que se ha visto salpicada además por el escarceo nocturno de Botelho en Madrid.

El equipo partirá el viernes por la tarde después de entrenarse por la mañana en el estadio Ciutat de Valencia y, tras jugar el sábado a última hora, regresará inmediatamente por carretera a Valencia.

Juanfran, tranquilo

Juanfran García, uno de los capitanes y de los pesos pesados del vestuario, dio la cara ayer en sala de prensa y se le preguntó, entre otras cosas, por el affaire Botelho así como por las consecuencias que puede tener en la buena convivencia del vestuario un caso así, aunque el de Barona se mostró confiado en la fortaleza del grupo: «Nuestro punto fuerte , ya lo sabéis, es eso que está ahí (señalando al vestuario). Mientras eso sea una caja de seguridad y nosotros tengamos los dígitos y no consintamos nada de fuera, nada extradeportivo, el vestuario es lo más fuerte que hay... Si fuéramos cuartos con 40 puntos, esto (en alusión al ´caso Botelho´) pasaría en balde. Pasaría y no pasa nada (sic) porque unos jugadores vayan a cenar por ahí y se tomen una copa hasta la una o dos, eso no se ha criticado nunca y ahora se critica más por la dinámica del equipo. No hay que darle vueltas, se ha solucionado. Me preocuparía si hay grupos, si cada uno va por su lado, pero aquí la clave es el vestuario y me preocuparía una cosa más continúa, una cosa esporádica no me preocupa», agregó.

En el ámbito estrictamente deportivo Juanfran cree que la clave está en poner los pies en el suelo: «Este equipo ha rendido al 200 por ciento cuando ha llevado el cuchillo entre los dientes, ir cuartos nos ha hecho daño. Tenemos que volver a ser ese equipo peleón, que nos tienen que dar cuatro hostias para ganarnos y que salgamos todos cojos para que nos ganen, y eso es lo que se ha perdido».