Juan Ignacio ha intentado alargar en sus últimas comparecencias una historia con un final conocido. La grieta interna tras el ´13-A´ ha sido el detonante del final de la historia. Ese distanciamiento entre jugadores y entrenador es un argumento más para acometer un cambio que Manolo Salvador ya tiene decidido. La zozobra deportiva en la que está inmerso el equipo durante la segunda vuelta de la competición es un factor más, añadido a las dudas que sobre su figura ya existían previamente. El futuro de JIM es una decisión prioritaria y su inminente adiós será el primer paso de un ´plan renove´ que se acelerará con las operaciones muy avanzadas de Xumetra y Javi Jiménez, que firmarán por tres temporadas.

«Nos sentaremos a hablar». Eso fue lo único que Manolo Salvador le dijo a Juan Ignacio cuando ambos se reencontraron tras el viaje a Argentina del director deportivo. Un encuentro frío y premonitorio. En aquel cara a cara, Salvador negó que haya sondeado a nadie, aunque en ningún momento garantizó que fuera a hacerle una oferta para renovar al que solamente unos meses atrás había tildado como «mi entrenador» cuando fue a negociar con él. Pese al desmentido repetitivo de que se esté hablando con nadie, es todavía más real que el club lleva varias semanas sondeando entrenadores, sin todavía comunicarle a Juan Ignacio que su etapa ha llegado a su fin. Pero en Orriols son conscientes tanto del coste que tendría apostar por un cambio tras dos años de solvencia deportiva, como igualmente del arma de doble filo que hubiera supuesto alargar la continuidad de un míster con el que había desaparecido la sintonía.

El propio JIM explicó en la rueda de prensa previa al 2-3 ante el Rayo que no interpretaba el silencio de Manolo Salvador, pidió que el club se decidiera sobre su renovación e incidió en su deseo de continuar, aunque no lo iba a repetir más porque llegaba «hasta a ser pesado». De hecho, tenía muchas esperanzas puestas en que Salvador le guardaría el sitio tras haber aplazado el momento de hablar de la renovación a petición propia.

Su prioridad es continuar en Primera antes que marcharse al extranjero, pese a que esa sería hoy por hoy la opción más atractiva económicamente, sobre todo desde el mercado griego. El Elche, que le sondeó la semana pasada en el amistoso de la sub´20 Benidorm, es un club que siempre ha sido de su agrado, aunque en este momento, por mucho que ya es equipo de Primera División, tiene el doble inconveniente de ser un polvorín institucional y carecer de un proyecto deportivo definido. En ese sentido, esta es una de las principales razones por las que pende de un hilo la continuidad de Fran Escribá, aunque Sepulcre insistiera ayer en que su deseo es que sea el comandante del próximo proyecto franjiverde.

Tras dos apuestas como fueron Luis García y Juan Ignacio, los planes de Manolo Salvador pasan ahora por un técnico de perfil más alto al que encomendarle un proyecto totalmente remozado de cara al próximo curso. Con independencia del banquillo, y no hay prisas con el elegido, la limpieza es una medida más que decidida, sobre todo desde que la fractura originada tras el caos del Levante-Depor.