Aunque todo sigue abierto, el Levante ha mantenido ya las primeras conversaciones con sus agentes de la que se puede convertir en la tercera mejora de contrato desde 2011 para Rubén, quien parece llamado a llenar el vacío como baluarte de Iborra. Tras los cantos de sirena del pasado verano y la posibilidad de cambiar de aires, la intención del club es convencerlo de que todavía le queda margen de crecimiento como granota y al mismo tiempo premiarlo económicamente y amarrarlo un poco mejor. Pese al último retoque salarial, a principios de año, ya en aquel momento el Levante se quedó con las ganas de prorrogar su contrato al menos una temporada más, hasta 2017, y por ende aumentar los 10 millones de su cláusula de rescisión.

Una misión que se ha retomado ahora con la finalidad de confirmar al setabense como la piedra angular del Levante de las próximas campañas y evitar problemas futuros como el que se le planteó con la renovación finalmente fallida de Iborra. Por ahora, eso sí, con la tranquilidad que da el compromiso diario del futbolista y el de su familia, hay hasta 2016 de margen.

En previsión de lo que pueda pasar cuando se reabra el mercado en enero, Manolo Salvador ya dejó claro este verano que el Levante no se plantearía su salida en ningún caso a mitad de curso y que en el peor de los casos se emplazaría con el jugador y sus representantes a junio. Sin embargo, tan cierto es según el director deportivo que será muy difícil que el club acceda a negociar por un canterano como que le corte las alas a su progresión si llegase una oferta irrechazable para ambos.

Dos años en franca progresión

Convertido en una de las sensaciones granotas desde su irrupción en el primer equipo de la mano de Juan Ignacio, que se enamoró de él en el COTIF del que se proclamó máximo goleador, Rubén García apostó por el Levante cuando a finales de 2011 firmó su primer contrato serio en un momento en el que el Valencia movió ficha para recuperarlo y llevárselo a su filial. Tan sólo un año después, tras su fulgurante estreno en la élite, el club lo blindaba como profesional con todas las de la ley aunque con la sensación de que se vería obligado a volver a negociar en breve, que es lo que está ocurriendo en estos momentos. Y es que desde entonces no ha dejado de crecer y aún no se le ve techo.