Rubén aún tiene encendidas las luces de emergencia a pesar de su presencia en el once ante el Granada. Ya son tres meses los que lleva conviviendo con problemas físicos y se han agotado las prórrogas: o su estado mejora definitivamente en un corto periodo de tiempo o deberá parar. Es el propio futbolista setabense el primero que lo tiene claro, aunque abogan igualmente por esa solución el cuerpo técnico y hasta el cuerpo médico, pasando por los responsables del club.

Empezar de cero es la única alternativa que queda ahora mismo, siempre que no se solucione el problema por completo. El canterano no aguanta más al ritmo del 'camina o revienta': ha llegado a jugar infiltrado, con dolor y con ambas rodillas tocadas. Y merced a las anteriores molestias, el pasado domingo dejó el terreno con una sobrecarga en los isquiotibiales, aunque este último ese sea el menor de sus problemas. En los próximos días complementará el trabajo de campo con un nuevo tratamiento de rehabilitación y debería estar a disposición de Joaquín Caparrós de cara a la visita al nuevo San Mamés.

Su evolución a lo largo de los últimos días invita al optimismo. Descansó frente al Betis y pudo actuar frente a los nazaríes, algo que no estaba nada claro prácticamente en vísperas del encuentro. Es más, entre los miembros de la expedición granota desplazada al Villamarín, apenas 72 horas antes, corría el negativismo en torno a este asunto. Había quien pensaba que ya no quedaba otra que el paro forzoso para que Rubén dejara atrás las secuelas de dos esguinces en la rodilla izquierda y la actual sobrecarga en la derecha.

Es la lesión que ahora padece, fruto del trabajo de recuperación realizado con la otra articulación, la que ha llevado a este punto de ´no retorno´. Nadie en el club quiere que el buque insignia del nuevo proyecto vaya encadenando molestias y no pueda dar el 100 por 100, con el riesgo que eso supone, aunque a corto plazo le permite jugar unos partidos concretos. En este caso, además, hay que tener en cuenta el desgaste físico que acumula en sus piernas el setabense. El ´11´ solo gozó de una semana de vacaciones en verano por su participación en el Mundial sub-20 de Turquía.

En el Levante juegan con el colchón del paro liguero de las dos próximas semanas a la hora de tomar una decisión. Si Rubén tiene que echar el freno de mano, lo hará partiendo con la ventaja de que el fin de semana del 16 y 17 de noviembre no hay competición; ya se valoró en su momento y podría volver a plantearse la posibilidad de consultar a un médico exteno del club en ese caso. Si por fortuna todo avanza positivamente, también ganará unos días en su puesta a punto: a la vuelta de Bilbao, los azulgranas gozarán de descanso hasta el domingo 24, cuando reciban al Villarreal en el Ciutat.

Titular siempre que ha estado

Caparrós es el primer interesado en que deje atrás los problemas físicos que le persiguen desde la pretemporada, cuando sufrió el primer esguince de rodilla, ya que ha expuesto desde el primer momento que el setabense es fijo en sus alineaciones. Ya actuó de inicio en el debut ante el Barça, nada más recuperarse de la citada dolencia, y posteriormente lo ha hecho siempre que ha contado con el alta médica: se perdió los duelos ante Real y Almería por culpa del segundo esguince en la rodilla derecha y el de la semana pasada ante el Betis.