Manu de la Paz deja huérfano al levantinismo de uno de sus porteros más queridos. El jiennense falleció en su tierra natal a los 17 años, después de más de tres de constante lucha contra la leucemia. El que fuera meta del cadete C azulgrana en 2009 y 2010 no pudo superar la grave enfermedad a pesar su vitalidad y coraje.

Manu ha contado durante todo este tiempo con el apoyo de sus familiares y el mundo del fútbol. En noviembre se había celebrado una gala benéfica en su localidad para poder pagarle la silla de ruedas con la que debía moverse en los últimos meses. El Levante colaboró entonces con una camiseta firmada por la plantilla, otra de portero y una carta de ánimo de Quico, en la que además le invitaba a ver el partido que quisiese en el Ciutat. Marchena, que ya en su día le había llamado personalmente, le dedicaría unas jornadas más tarde un gol marcado con el Depor.

A Manu, nacido en 1996 en Villanueva del Arzobispo, le detectaron la citada patología en octubre de 2010, cuando arrancaba su segunda campaña en la escuela granota, a la que llegó procedente del Albacete. Poco después, la entidad de Orriols le enviaría una camiseta con las rúbricas de jugadores y técnicos; sus compañeros del cadete le mandarían un balón.

Al conocerse la triste noticia, el levantinismo y el fútbol en general, así como su paisano y humorista Santi Rodríguez, transmitió sus condolencias a través de las redes sociales. Descanse en paz, Manu.