Porque el Levante de ahora tiene poco que ver con el de hace una década, que si no en el videomarcador se habría leído que el gol fantasma de ayer, igual que el de Reggi, había sido gol. Barral, que como lo cortés no quita lo valiente estaría de vuelta al banquillo si Babá no fuera su competencia, le pegó de pena. Un remate apático que no merecía premio después de que con todo a favor en vez de enchufarla a bocajarro le echara la pelota al portero. Sin embargo, Yoel se la vio encima desde tan cerca que, por más que contorsionara el cuerpo para aparentar lo que no era, acabó dentro de la portería con ella. Habría que tirar del famoso ojo de halcón para determinar con exactitud si algún milímetro queda fuera, pero en las imágenes se aprecia que sostiene el balón sobre su muslo y que es su tibia la que chafa la raya. Total, que aunque Barral ya hubiese arrancado, Hernández Hernández paró su celebración y el gol quedó en el limbo. Que el balón entró, sí. Pero que igual de imposible era ver si había entrado como que no, también. Y en caso de duda, el Levante por segunda jornada seguida fastidiado.

Pese a la mala pata, el Levante se tomó el gol fantasma con deportividad, como si la pifia de Barral fuera una recomendación a encajar la fatalidad con un sentido estoico de la vida. Sin embargo, por desgracia el tanto que se quedó sin subir al videomarcador no fue la única jugada polémica ni determinante del partido. Como en el Santiago Bernabéu, aunque con menos cámaras encima para minuciosear su reacción, Caparrós se estiró de los pelos cuando el colegiado le perdonó la expulsión a Jonny. Con el reglamento en la mano, eso sí que fue un error flagrante y quien sabe si con peores consecuencias aún que el exceso de vista del juez de línea hacia el embarazo psicológico de Yoel. Cazar a Casadesús en la cocina fue sólo amarilla pese a que los granotas se desgañitaran exigiendo roja.

A esas alturas el árbitro, que había amonestado anteriormente a Pedro López por simular un penalti en el que lo trampearon, empezaba a no tener la conciencia demasiado tranquila ya. Mientras granotas y celestes se alborataban en la frontal del área, a él le dio por mover del sitio el balón, que es lo que faltaba para terminar de gafar al lanzador. Tenía que ser Barral, tras replantarlo sobre el punto, el que chutara al larguero evidenciando que su tarde era de perros.

No fue el día de cara a portería de Barral ni de ningún otro jugador del Levante, que aun así agrandó la figura de Yoel cuando le dio por meterse en el partido tras la reanudación a base de intensidad. La entrada de Sissoko, que fue de más a menos, y las revoluciones de Casadesús como mínimo habrían alcanzado para rascar un punto. Eso y Keylor Navas, que en la acción inmediatamente anterior al penalti se había marcado un paradón resuelto en segunda instancia por Pedro. Y es que pese a lo mal que pintaba el panorama, partido hubo hasta el final, que no fue poco para como había empezado el día en Orriols y la diferencia de sabor entre el juego de Luis Enrique y el de Caparrós.

Pese a que las decisiones arbitrales perjudicaron al Levante y a que ya se sabe que en una Liga tan apretada cualquier detalle marca las diferencias, el Celta fue ese rival «en línea ascendente» que había vaticinado el míster. Un equipo que llegó a jugar pero que muy bien a ratos, en el que Orellana martirizó a Nikos y Augusto y Nolito se endiablaban cada vez que olfateaban área. No hubo más que color celeste durante la primera parte frente a unos azulgranas que no se sabe bien si estaban empanados o rebozados por la solana que pegaba a esas horas y que dieron gracias por llegar al descanso cayendo sólo por la mínima.

Fue por ahí por donde se le escaparon al Levante los puntos y tal vez buena parte de los avales de su candidatura por la séptima plaza, la cual flaquea tras dos jornadas sin llevarse puntos a la boca. Porque si difícil es para los granotas asomarse a Europa, todavía más si en caso de duda todas las decisiones arbitrales acaban siendo en su contra. Solamente faltaba perder a un jugador tan crucial como es Juanfran, retirado al descanso por precaución. Y es que en el centro de la defensa ya faltaba David Navarro, con el que los comités habían preferido no utilizar el ojo de halcón.

- Ficha técnica:

0 - Levante: Keylor Navas, Pedro López, Vyntra, Juanfran (Héctor Rodas, m.46), Nikos, Diop (Sissoko, m.46), Simao, Rubén, Ivanschitz, Víctor Casadesús (Baba, m.75) y Barral.

1 - Celta: Yoel, Jonny (Hugo Mallo, m.67), Cabral, Íñigo López, Aurtenetxe, Fontás, Orellana (Santi Mina, m.87), Madinda (Krohn-Dehli, m.70), Augusto, Nolito y Charles.

Gol: 0-1, m.18: Nolito.

Árbitro: Hernández Hernández (colegio canario). Amonestó por el Levante a Pedro López, Nikos e Ivanschitz; y por el Celta a Madinda, Jonny, Cabral, Aurtenetxe y Charles.