Pese a perfilarse como uno de los grandes objetos de deseo del próximo mercado de fichajes, la realidad en estos momentos es que Keylor Navas podría quedarse en el Levante y agotar la temporada que le queda de contrato. A día de hoy se trata de una alternativa que están valorando seriamente tanto el club como el propio futbolista y a la que ninguno hace ascos. Y es que ambos le ven el lado positivo a seguir juntos si a la espera del Mundial no se concreta ninguna oferta que les deje lo suficientemente satisfechos.

A estas alturas que Keylor acepte la renovación que el Levante le propuso en el último tercio de 2013 parece ciencia ficción debido al desencuentro frontal con el montante de la cláusula de rescisión. Mientras que unos aspiran a subir los 10 millones actuales, sobre todo de cara a Madrid y Barça, los otros sólo contemplan lo contrario. Eso sin contar los problemas fiscales para adecuarle la ficha, a la postre definitivos para que las tomas de contacto que han habido desde entonces no hayan servido para acercar posturas, sino para alejarlas. Sin embargo, ambos están condenados a entenderse a menos que alguien llegue con 10 ´kilos´ bajo el brazo.

El Levante va a mantener con Keylor la misma postura que antes con otros de sus jugadores de exigir el pago íntegro de su cláusula. Más allá del negocio económico por un portero al que le queda un año de contrato y de su debilidad negociadora, el club no pierde de vista que será prácticamente imposible dar deportivamente con un sustituto de similares garantías. Al nivel al que está y con el cual se ha convertido en la pieza más determinante de la temporada, a ojos de los técnicos Keylor puede ser un seguro de vida para otro año en Primera y a la hora de la verdad eso es más rentable que cualquier venta.

A la espera del Mundial, que puede servir para lanzarlo definitivamente tras una temporada de por sí espectacular, Keylor es consciente también de que la posibilidad de marcharse dentro de un año con la carta de libertad sería muy beneficiosa para él. De hecho, bastantes de los clubes que se han interesado por su situación lo han hecho en esas coordenadas, conscientes de lo sugerente de ofrecerle una prima de fichaje a cambio de no tener que apoquinar traspaso alguno.

Sin la necesidad de traspasar

La estrategia del club en el ´caso Keylor´ está clara y pasa por su condición de club que no necesita vender, algo que aunque desde fuera pueda parecerlo no es una pose sino la realidad, ya que la mejor ecuación económica para cumplir el plan de pagos con los acreedores resulta de continuar en Primera División y mantener el equilibrio entre lo deportivo y lo económico. Además, hay que tener en cuenta que mientras que el club puede disponer libremente del dinero de los traspasos por la cláusula para reinvertirlo en la plantilla, del resto solamente puede hacerlo de los primeros 650.000 debido a la obligación de destinar la diferencia al pago de la deuda. Es decir, que se da una disyuntiva entre reducir pasivo a corto plazo o reforzarse deportivamente para mantenerse en la élite a largo, que es donde más se cimenta la viabilidad del proyecto.

De todos modos, acostumbrado como está a tener cada verano un caso de estas características sobre la mesa, desde Felipe Caicedo a Koné pasando por el más reciente de Iborra y sin contar el de Martins tras el mercado de invierno, el Levante es consciente de que el caso Keylor puede ir para largo. El club dice no haber recibido ninguna propuesta, aunque sí que es consciente de que son varios los equipos que están al día de su situación, tanto de la Liga española como la Premier League fundamentalmente. Toca aguantar.