La trayectoria del Levante y el Elche durante los últimos años se presenta como una autopista de doble sentido por la que viajan en círculo dos clubes o, al menos, como dos caminos que se cruzan año tras año, describiendo una trenza, condenados a encontrarse si no en el césped, siempre en el algún despacho. El ascenso de los ilicitanos volvió a sellar el pasado diciembre la relación sobre el césped en aquel partido en Ciutat de València, tras tres temporadas de desnivel que mantuvo el duelo en barbecho. La anterior ocasión en la que se enfrentaron, ambos en Segunda, acabó con un empate a cero, resultado por excelencia de la a veces tan recurrida ´germanor´.

Sin embargo, durante todos estos años, los clubes han mantenido el particular cruce en las secretarías técnicas. Así se explica el camino que han emprendido varios jugadores que marcharon al sur y viceversa. El último en recorrer esa senda, con destino a Orriols, fue Jordi Xumetra, el extremo catalán que sobresalió en la extraordinaria campaña de los de Escribá en el ascenso y que protagonizó un fichaje no exento de polémica en el verano en ambas ciudades.

Pero Xumetra solo es el último en una lista de nómadas que transitan entre el Cap i Casal y la capital del Baix Vinalopó. Héctor Rodas, hoy uno de los capitanes de la plantilla granota, tuvo que hacer la maleta hace dos años para marcharse al club ilicitano por la falta de presencia en las alineaciones de Juan Ignacio. En Elche estuvo media temporada, donde se consolidó en el eje de la zaga e incluso anotó dos goles. Un zig-zag similar ha trazado Ángel. El delantero finalizó la temporada de 2012 con trece goles en Segunda y libre de ataduras aterrizó en Orriols. Tras media temporada de sinsabores en el Levante, el jugador regresó para reactivarse en el Elche, donde acumuló un buen puñado de minutos y cuatro goles. En la pretemporada pasada, finalizada la cesión, Ángel volvió a vestirse de azulgrana, si bien con una participación tan escasa como en su primera etapa.

A la inversa, aunque con algunas escalas intermedias, ha realizado el viaje Alberto Rivera, que a sus 36 años agota sus días como profesional en la plantilla de Fran Escribá, aunque su participación ya solo es testimonial. Nueve años hace casi desde que el centrocampista abandonó el Ciutat, como uno de los héroes de aquella plantilla. Tras pasar por equipos como el Betis o el Sporting de Gijón, ha cerrado el círculo de la Comunitat en el primo hermano del Levante.

Al margen de las idas y venidas que acabaron materializándose, en el tráfico también se perdieron algunos nombres. El mismo Escribá estuvo cerca del banquillo que hoy ocupa Joaquín Caparrós. A finales del año pasado, cuando el futuro de Juan Ignacio se evaporaba en el Ciutat, estuvo en el aire un intercambio de cromos entre jefes de vestuario que finalmente no cuajó. Tampoco se plasmó otro jugador que perteneció durante un tiempor al Elche, Xabier Etxeita, en quien el Levante llegó a estar interesado, pero nunca se tradujo en un fichaje. El Zhar, que este año ha sido renovado en Orriols, centró los focos del Elche la pasada temporada, cuando el marroquí finalizaba su anterior contrato con el club valenciano. Hay un último hombre, que ha transitado por los banquillos del Ciutat, incluso por los despachos, y que hoy dirige al Elche en segundo plano. Es Josep Alcácer, el segundo de a bordo de Escribá.

Una polémica «de medio pelo»

El fichaje de Xumetra elevó un punto la tensión entre ambas entidades, cuando el consejero ilicitano Toño García Hita recriminó al extremo catalán «irse a un club de medio pelo» al conocer su destino, en la televisión local. Poco después el mismo García Hita pidió disculpas al Levante en un comunicado, retractándose.