En su última temporada, Rafael Martins llevaba planchado en la espalda el 99. Las filigranas en el dorsal, las combinaciones extravagantes, suelen ser cosa de delanteros y la que exhibió el portugués evoca, entre otros, a la que lucía Antonio Cassano en su etapa más feliz en la Sampdoria. En el Levante, sin embargo, la norma le quitará un número y a la vez le añadirá una responsabilidad. Lucirá el 9 y eso le exigirá goles. Seguirá por tanto la secuencia de puntas que en esta última etapa han consolidado una tradición en Orriols: de Caicedo a Martins, todos acabaron estableciéndose como referentes en ataque, superando las expectativas y aportando una cantidad estimable de goles. Además, Martins se convierte desde ayer en el refuerzo que ha demandado Mendilibar desde su llegada, el único puesto en el que el entrenador ha señalado públicamente una necesidad, lo que infla todavía más la responsabilidad que recae sobre el futbolista.

El viernes 18 de julio, el delantero brasileño llegó a València procedente de Sao Paulo, donde estaba pasando las vacaciones, después de un par de días sin sueño. Había volado a Lisboa, de ahí a Madrid y a eso de las 11:30 apareció por la estación de AVE de Joaquín Sorolla. Allí le esperaba el comité de bienvenida granota, con Manolo Salvador a la cabeza, junto al jefe de prensa, Emilio Nadal, y el delegado del equipo, Andrés Garcerá. Fue el director deportivo, el encargado de traerle a València, quien le dedicó un breve discurso de bienvenida y le dejó en manos de Garcerá. Los agentes del futbolista adornaban el austero recibimiento, sin guirnaldas ni bufanda, nada antes de que se produjera la última firma del nuevo refuerzo. De la estación, Martins y Garcerá marcharon a la revisión médica.

El brasileño apareció al poco por las oficinas del club para sellar su nuevo contrato. Llega liberado de su anterior club, el Audax, y firmó por las próximas tres temporadas; en el contrato Martins se reserva la mitad de los derechos de un hipotético traspaso. Después sí, por fin, salió al Ciutat de València y posó con su nuevo escudo. Por la tarde hizo acto de presencia en Buñol, minutos antes de que sus nuevos compañeros disputaran el primer encuentro contra el filial, y allí pudo saludar a quien será su jefe las próximas tres temporadas. Aguantó la primera media parte de juego y al fin desapareció de escena, finiquitando tres jornadas maratonianas, desde que supo que acabaría vistiendo de azulgrana. El lunes será uno más en el primer entrenamiento de la próxima semana a las órdenes de Mendilibar. Ese mismo día, será cuando se escucharán sus primeras palabras como granota, en su presentación oficial en el estadio.

La rúbrica de Martins con el Levante asegura un competidor en punta para David Barral para una única plaza de delantero puro que prevé Mendilibar, atendiendo a las variantes que probó en el partido del viernes. El técnico quería tener lo más pronto posible a su delantero para poder comparar sensaciones ya en Ermelo. A pesar de que es un refuerzo importante, aún podría llegar un tercer atacante.

En principio el jugador se iba a incorporar este sábado a los entrenamientos, pero finalmente será el lunes porque la plantilla no se ejercitará al final este fin de semana. Mendilibar ha dado el fin de semana de fiesta. Los integrantes del plantel azulgrana regresarán al trabajo el lunes en sesión doble desde las 10:00 horas.